Adaptación teatral:

El jardín secreto

Adaptación de Maida Liuzzi

Acto I:

Narrador 1:

Narrador 2:

Lily (madre de Colin):

Rosy (madre de Mary):

Mary Lennox:

Aya (niñera de Mary):

 

(En una esquina se necesitará una mesita con espejo, maquillajes, perfumes y un portarretrato. Los personajes deben estar todos en sus respectivos lugares y  de fondo suena Preludio de Bach para cello)

(Se abre el telón)

 

Narrador 1: Al fondo de escenario está el espíritu de Lily observando con añoranza a su hermana Rosy. La bella Lily, toda vestida de blanco, nota la tristeza en el corazón frío de Rosy y espera el momento propicio para guiar a su hermana al mundo de los espíritus.

Narrador 2: Rosy es una hermosa y muy vanidosa mujer que se pasa más tiempo mirándose al espejo y en bailes elegantes que con su hija Mary, pero hoy se la ve triste y distante, pues encontró un retrato de años atrás que la envolvió en una profunda melancolía. Por otro lado Mary, intenta llamar la atención de su madre, por lo que Rosy decide llamar a la Aya para llevarla a dormir. Mary sale con su Aya, pero como siempre maltratando a su criada y sosteniendo su típico mal humor.

(Salen por la derecha el narrador 1 y 2)

 

Lily: (con un ramo de flores en su mano) Racimos de crocus, morado y oro. Mantas de pensamientos, lirios e iris resisten incluso al frío y están a salvo durante el invierno, seguras en mi jardín del páramo. Pero mis rosas, girasoles y claveles; todas están secas, marchitas y abandonadas.

(mientras del otro lado del escenario)

Rosy: (tararea bajito una canción mientras se maquilla y se asea observándose al espejo del lado izquierdo, preparándose para una fiesta)

Mary: (en el medio del escenario, sentada en el suelo con una muñeca en la mano juega e  imita los gestos de su madre, tratando de llamar su atención)

Lily: Ven junto a mí, querida hermana, deja a la niña que cuide de mi jardín. Ven Rosy, te espero aquí en el mundo de los espíritus para poder sonreír juntas como lo hacíamos antes.

Rosy: (Mira el retrato que está sobre su mesa. La mira con tristeza, añoranza y a punto de llorar, grita) Aya… Aya… (entra la Aya) lleva a la niña a su cuarto, es hora que descanse.

Aya: Vamos niña, es hora de dormir.

Mary: (enojada, mira a su madre esperando que detenga a la Aya) No, no quiero.

Aya: vamos niña no molestes a la memsahib, no molestes a tu madre.

(Salen Mary y Su Aya por la izquierda)

Rosy: (Abraza el retrato, mientras llora)

 

Lily: (Toma de entre su ramo de flores una cala blanca, mientras mira a Mary salir) Su color es tan puro, sus pétalos tan lisos, y está tan bien formada que parece tratarse de una flor artificial, pero para no echarse a perder se debe cuidarla, regarla, airearla, una buena iluminación diaria, pero por sobre todo necesita ser amada.

(Se cierra el telón)

 

 

 

 

 

 

Acto II

Narrador 1:

Narrador 2:

Albert (padre de Mary):

Rosy (madre de Mary):

Mary Lennox:

Aya (niñera de Mary):

Lily (madre de Colin):

Los espíritus:

La muerte:

Teniente:

Mayor Holmes:

 

(En el centro del escenario Mary se encuentra dormida. Todos los personajes mujeres y criados visten de blanco, la muerte toda de negro con varios pañuelos rojos que irá soltando, sólo los varones ingleses y Albert vestidos con traje Militar. Van ingresando de a poco, primero Albert, luego Rosy y a continuación todos los demás  suena de fondo el Preludio de Bach para cello)

(Se abre el telón)

 

Narrador 1: El Señor Albert, padre de Mary, luego de haber estado mucho tiempo ausente debido a su arduo trabajo en la milicia, se acerca a Mary quien se encuentra dormida y le da un beso en la frente. Luego camina hacia su esposa Rosy, quien la recibe con alegría y lo abraza con gran ternura. Este le regala una joya y se encarga de colocarla.

Narrador 2:  A continuación, ingresan otras parejas inglesas, entre ellos la Aya de Mary y otros criados de la casa. Como en un sueño, se colocan todos alrededor de Mary. Empiezan la Ronda del pañuelo rojo, juego típico inglés que consiste en soltar un pañuelo rojo tras uno y este sale eliminado. Estos toman el pañuelo, lo frotan en sus rostros tristes y van saliendo del escenario y a medida que avanza el juego nos damos cuenta que la propia muerte es la que viene a llevarlos

 

Albert: (ingresa junto a Mary quien se encuentra dormida) Mi pequeña niña, disculpa por estar casi siempre ausente. No puede dejar de cumplir mi deber, por eso tuve que traerlas aquí a la India, pero prometo que nunca te faltará nada, te compraré todos tus caprichos. No solo a ti, también a tu madre. Son mis dos princesas (le besa la frente con ternura y luego se acerca a su esposa).

Rosy: Hola mi amado Albert, me has hecho tanta falta estos días (lo abraza)

Albert: (le coloca un collar) también tú, no dejé de pensar en ustedes dos en ningún solo momento.

(ambos se toman de la mano y se colocan alrededor  de Mary y repiten los versos de los demás que van ingresando de manera fantasmal y por último la muerte con los pañuelos rojos)

Muerte: (mientras también recita, va dejando caer un pañuelo tras otro tras los personajes antes de que se termine de recitar todos los versos. Al que le toca salir debe hacerlo triste y secando su rostro por el dolor que siente)

Los espíritus: Pequeña Mary,

se encuentra dormida en un profundo sueño,

¿Cómo crece su jardín?

 

No tan bien, dijo el lirio muerto.

La muerte entró y nos quiere llevar a todos.

Levanta el pañuelo tú y

sal del  mundo de los vivos.

 

Pequeña Mary,

se encuentra dormida en un profundo sueño,

¿Cómo crece su jardín?

Demasiado calor dijo la rosa llorando

y se ha muerto

Excava la tierra y mira a tu alrededor todos se están yendo

 

¿Qué sueña la niña Mary?

¿Cómo será que crecerá su jardín?

Las plantas del páramo todas están ciegas allí

Camina, camina ¿Adónde irás?

Cubiertas de nieve todas sus semillas están

 

Pequeña Mary,

se encuentra dormida en un profundo sueño,

¿Cómo crece su jardín?

¡Estoy seca su girasol gritó!

La muerte entró y quiere llevarnos a todos.

Levantaré pues el pañuelo.

Están fuera, estamos fuera, estoy fuera

Y con la muerte partiré.  (Rosy sale por último)

 

 

(Finalmente, cuando nadie queda con vida, MARY se despierta, como de una terrible pesadilla, se levanta, mira a su alrededor, no ve a nadie y se da cuenta que está sola, luego se tira nuevamente al suelo con un terrible llanto, se apagan las luces del escenario).

 

Narrador 1: (ingresa el narrador y se encienden las luces) Han pasado unos días y por la mañana, MARY se encuentra sola, triste y confundida. Hasta que ingresa un teniente cubriendo su boca con un pañuelo, luego de haberla visto, llama al mayor Holmes y miran a Mary. Ambos se sorprenden porque una niña es la única sobreviviente del brote de cólera que arrasó con todos los moradores de la gran mansión en la India.

 

Mary: (sentada en el suelo con un portarretrato en la mano, solitaria y confusa)

Teniente: (Llamando a alguien fuera del escenario cubriendo su boca con un pañuelo). Ven Mayor Holmes es importante. Hay una niña aquí y está viva.

Mayor Holmes: (ingresando y también cubriendo su boca con un pañuelo) ¿Qué dices teniente? ¿Quieres decir que está viva? ¡Sorprendente ¡

Mary: Mi nombre es Mary Lennox. ¿A dónde se han ido todos? ¿Dónde está mi Aya?

(El Mayor toma nota de la niña, luego mira alrededor de la habitación, con cuidado de lo que toca, como si todo pudiera estar contaminado.)

Teniente: También hemos registrado el bungalow de los sirvientes, señor. Y solo encontramos una serpiente negra y a esta pobre niña.

Mary: ¿Por qué nadie ha venido a buscarme?

Mayor Holmes: Me temo que no queda nadie, señorita.

Teniente: Increíble milagro, que hayas escapado de la cólera, aunque solo Dios sabe cómo. Ella ha estado bebiendo de la misma agua que todos de la mansión.

Mary: Pero, ¿dónde están mi madre y mi padre?

Mayor Holmes: Lo siento, señorita.

Teniente: ¿Dónde debo llevar a la niña, señor? Nuestras órdenes son quemar todo lo que podría estar contaminado.

Mayor Holmes:  A la casa del gobernador por ahora. Creo que hay un tío en alguna parte.

Teniente: Sí señor. Tendrá que dejar esa foto aquí, señorita.

Mary: ¡No lo haré! Me lo llevo.

Teniente: Es tu linda madre, ¿verdad?

Mary: No, no lo es.

Teniente: Si bien. Ven entonces.

(Mary toma la foto pequeña enmarcada y se la mete en el bolsillo y sale tras el teniente, mientras los espíritus entran)

 

Todos los espíritus muertos en la ronda, también se une a ellos Lily y recitan:

 

¿Puede ser un sueño?

Seguro debe parecer

Como un terrible sueño.

 

¿Cómo puede ser esto cierto?

Teniente y Mayor Holmes

¿No vendrá su madre,

tampoco su Aya a despertarla?

¿Ni su padre a besarla?

¡Qué terrible pesadilla!

 

Existe una niña a quien nadie ve

Existe una niña quien se ha quedado sola

Existe un corazón que late en silencio

Por la vida que nunca ha conocido,

pero que muy pronto conocerá al fin.

(Se cierra el telón)

 

Acto III

Narrador 1:

Narrador 2:

Sra. Medlock:

Martha:

Mary Lennox: 

Albert (padre de Mary):

Lily (madre de Colin):

Rosy (madre de Mary):

Aya (niñera de Mary):

Los espíritus

 

(Ubicación Yorkshire, en el páramo de Misselthwaite. suena de fondo el Preludio de Bach para cello)

(Se abre el telón e ingresan las narradoras)

 

Narrador 1: Mary, es llevaba a Inglaterra al condado de Yorkshire en el apartado pueblo de Misselthwaite, donde vive su tío el Señor Archibald Craven, viudo de la hermosa Lily, hermana de la madre de Mary. Desde la muerte de su esposa, el señor Craven, casi no sale de su escritorio; vive encerrado a causa de su joroba y profunda tristeza.

Narrador 2: El Señor Craven no es capaz de recibir a su sobrina quien acaba de perder a sus padres. Por eso, Mary es recibida por la Señora Medlock quien es la ama de llaves de la mansión. La señora Medlock, una señora muy estricta y amarga, deja a Mary al cuidado de Martha, una dulce criada quien trata con ternura y paciencia a Mary dándole ánimo para salir a jugar y comer.

 

(Salen las narradoras e ingresan la señora Medlock y Mary)

 

 

Medlock: (Se vuelve hacia MARY.) ¿Qué sabe usted de su tío?

Mary: Nada

Medlock: con que sus padres no te contaron nada… ¿Pero no te importa tu nuevo hogar?

Mary: No importa si me importa o no.

Medlock: En todos mis años nunca había visto a una niña ser tan antipática y parecer tan vieja. Bueno, tienes razón en que no te importe. Nunca sabré por qué tu tío decidió traerte a Misselthwaite. Si tu tío nunca se preocupará por ti, eso es seguro y cierto. Nunca se preocupa por nadie. Es un jorobado, ¿sabes? Y siempre fue un joven agrio, y no obtuvo ningún beneficio con todo el dinero que tiene. Hasta que se casó.

Mary: ¿Con la hermana de mi madre?

Medlock: Su nombre era Lily. Y ella era una mujer dulce y bonita y él era capaz de ir al fin del mundo para conseguirle una brizna de hierba o cualquier cosa que ella lo pidiera. Nadie nunca pensó que se casarían, pero se casaron e increíblemente ella lo amaba. Pero, cuando ella murió...

Mary: ¿Cómo murió ella?

Medlock: En la mansión no se habla de ello y mejor que nunca le preguntes a tu tío. Eso lo pondría peor que nunca. Ahora él viaja la mayor parte del tiempo o se encierra en su biblioteca. Bueno, aquí tienes tu habitación y este es tu nueva casa. Pero tu No debe esperar que haya gente que te hable. Tendrás que jugar y cuidarte sola. Pero cuando estés en la casa, no deambule por los pasillos. A tu tío eso lo enfadaría y no lo aceptaría. Y te enviaría a un orfanato. (Va hacia la puerta.) Pues buenas noches. (Sale)

Mary: Sí, señora (se acuesta a dormir).

 (Se apagan las luces por un momento, luego se encienden y entra Martha con una bandeja de desayuno y una muda de ropa)

Mary: (se despierta y se sienta) ¿Quién eres? ¿Eres mi sirvienta?

Martha: Bueno, Mary Lennox. Mi nombre es Martha. Y eso por ahora basta, haré la cama, mientras usted se prepara para su desayuno.

Mary: (se para y levanta los brazos) ¿No me vas a vestir primero?

Martha: ¿Cómo que la voy a vestir primero? ¿Es que no sabes hacerlo usted sola?

Mary: No, nunca lo he hecho. Mi Aya siempre me vestía. Y tampoco me gusta la papilla, no tengo hambre.

Martha: ¡Qué desperdicio! Si mis hermanos pudieran desayunar todos los días papillas estarían tan contentos. Pero bueno. Ya es hora de que aprenda a vestirse sola. Tiene que dejar de portarse como una niña pequeña. Es increíble como los hijos de la gente rica no acaban tontos, con tantos criados que los lavan, los visten y los sacan a pasear como si fueran perritos.

Mary: (irritada) En la india es distinto.

Martha: Vaya, ya veo. Seguro porque hay muchas sirvientas indias. Cuando escuché que venías de Bombay, pensé que serías de un color marrón sólido. Pero no eres morena en absoluto. Eres más amarilla, diría yo.

Mary: (cada vez más irritada) ¿Qué? ¿Pensabas que yo era una nativa morena? Eres… ¡eres una cerda!

Martha: Eh, ¿quién se ha creído que es para insultarme?... Las señoritas no hablan así. Mira, no tengo nada contra los nativos de la India. Por lo que sé, son muy religiosos y debemos tratarlos como nuestros hermanos. Pero no conozco a ninguno y me hacía la ilusión de ver uno de cerca.

Mary: (con mucha ira y casi llorando) Creías que yo era india… ¿Cómo te atreves? ¡No tienes idea, ni una idea de cómo son los indios! No son personas…, son criados ¡No sabes nada de nada!

Martha: (Con lástima) No llores, señorita Mary, no sabía que te enfadarías tan fácilmente. Te ayudaré en

con tu ropa esta vez, si quieres. Te enseñaré cómo hacerlo, ya verás que es fácil. Dame ese pequeño pie amarillo.

Mary: (Trata de vestirse sola, examina la ropa que le pasó Martha) Estoy muy bien. Gracias. Ésta no es mi ropa.

Martha: Ay, señorita, su tío ...

Mary: (Interrumpiéndola porque Martha ya casi le cae muy bien). Estos son más bonitos que los míos.

Martha: Entonces te pones esta ropa nueva y te envuelves con este abrigo y sal corriendo a jugar. Eso te dará estómago para tu papilla.

Mary: La Sra. Medlock me dijo que no hay nada más que un gran páramo viejo.

Martha: Mira allí. Fuera de la ventana. Es el páramo, se ve como un mar de púrpura opaco esta mañana. ¿Te gusta?

Mary: Lo odio.

Martha: Ah, entonces espera hasta la primavera. Porque el páramo es hermoso cubierto de aulagas

y brezo, y hay mucho aire fresco. Mi hermano Dickon siempre sale y juega en el páramo durante horas y horas. Tiene un pony que se hizo amigo de él, pájaros y ovejas a los que da de comer en su mano.

Mary: Puede que salga a mirar más tarde.

Martha: Bueno, tal vez te encuentres con Dickon ahí fuera. Tal vez te deje montar en su pony. Quizás él…

Mary: No sé nada de chicos.

Martha: (suspira y procede a vestir a MARY, luego oye sonar una campana) Oh, ahora está la campana de la Sra. Medlock, y tengo todo esto para limpiar primero. ¿Puedes encontrar la salida tú misma? Verás al salir al pasillo, bajando las escaleras, pasando el salón de baile ...

Mary: Lo encontraré.

Martha: (saca del bolsillo de su delantal una comba.) Mary Lennox. Mira te traje un regalo, pensé que te gustaría tener una comba.

Mary: (toma la comba y lo deja caer en el suelo) Para qué sirve esto.

Martha: ¿Qué? No sabes para qué sirve una cuerda. Mira es para saltar y jugar (toma la comba y le muestra como jugar, luego la entrega y le da un abrazo) Ve, sal a jugar niña.

Mary: (sin saber que hacer por el gesto, agarra la cuerda y sale, mientras Martha queda sola y sonriente arreglando el cuarto)

(Se cierra el telón)

 

 

Acto IV

Narrador 1:

Narrador 2:

Mary Lennox:

Sr. Archibald Craven:

Sra. Medlock:

Lily (madre de Colin):

Rosy (madre de Mary):

 

(El señor Archibald se encuentra sentado en el sofá de su biblioteca donde pasa casi todos los días encerrado, en sus pensamientos con su amada Lily reclamándole su muerte. Lily, fantasmal, en un rincón queriendo consolarlo sin poder hacer nada; ya que en él ha muerto toda esperanza)

 

Narrador 1: El señor Archibald Craven se encuentra como casi todos los días en la biblioteca, sucumbido en sus pensamientos y viejos recuerdos. Reclamando por la muerte de Lily y reiterando día a día su deseo de abandonar todo, incluso a su hijo, para poder estar con ella.

Narrador 2: Por otro lado la fantasmal Lily aparece en los pensamientos del señor Archibald y trata de consolarlo, pero él no acepta su situación, pues él ha perdido toda esperanza de volver a ser feliz. Un momento después Mary Lennox ingresa a la biblioteca para presentarse ante su tío y ella no resiste en hacerle varias preguntas un poco incómodas.

 

Archibald:  Mi Lily amada, sin ti estoy perdido en este mundo, no puedo seguir mi camino, todo es oscuridad. ¿Por qué tenías que dejarme? No deberías ir al mundo de los muertos, me has prometido que jamás me abandonarías. ¿Acaso lloras tú como yo por ti? Esta casa vacía y triste te necesita, yo te necesito, nuestro hijo te necesita. Soy un padre terrible, no tengo nada para dar a ese niño (llora)

Lily: Eres aún aquel hombre que llegó a mi vida y llenó de alegría mi corazón. Me diste un hijo precioso, también un bello jardín. A ambos los habías cultivado y cuidado todos los días. Los regaste con la lluvia de tu amor. Y ahora, ¿por qué los has abandonado? ¿No sabes que yo les espero siempre allí? ¡Acércale a Colin junto a mí!

Archibald: Soñaba en ser un buen padre. Pero no logro mirarlo a los ojos, sus ojos y tus ojos… no lo soporto… todo en mí es frío, como el invierno que congela a ese oscuro jardín... (escucha un ruido en la puerta) ¿Quién está allí?

(Sale Lily)

Mary: ¿Puedo entrar? ¿Eres mi tío Archibald?

Archibald: ¿Quién eres?

Mary: Soy Mary Lennox, señor. ¿Eres mi tío Archibald?

Archibald: (Intenta recuperar la compostura.) Sí lo soy. Buen día, niña.

Mary: ¿Serás mi padre desde ahora?

Archibald: Yo soy tu tutor. Aunque tengo poco para ofrecer algo a cualquier niño. Te ofrezco…

Mary: (Interrumpiéndole, Mary saca la fotografía que trajo de la India en su bolsillo y le muestra) ¿Esta es mi tía Lily, en esta imagen?

Archibald: (Lo mira rápido, esto es difícil para él). Sí lo es. ¿De dónde sacaste eso?

Mary: Estaba en mi tocador, en la India. Quizás mamá lo puso ahí. No sé.

Archibald: Tu madre y mi Lily ... (Ella le quita la foto.) Por favor Discúlpame. (Se fija en su abrigo.) ¿Quién te vistió, niña?

Mary: Martha lo intentó, señor.

Archibald: Si lo veo. (Volviéndose para irse.) Espero que disfrutes de los jardines.

Mary: Pero quiero saber qué les pasa a los muertos.

Archibald: (Se detiene. La muerte es un tema al que no puede resistir). Si. Bien. Es muy natural que te lo preguntes. (Un momento.) Los enterramos. Guardamos sus cosas, recordamos las cosas que dijeron. Nosotros ... hablamos con ellos, a veces ... en nuestras mentes, por supuesto ...

Mary: ¿Pueden oírnos?

Archibald: (Y ahora parece enojado consigo mismo). Y luego, una mañana, cuando pensamos que por fin los hemos superado, nos encontramos conversando con ellos.

Mary: No entiendo.

Archibald: Ni lo harás nunca. Los muertos no se van nunca. Ya vete niña...

Mary: ¿Mi tía Lily ahora es un fantasma?

Archibald: ¿Por qué la has escuchado?

Mary: Oí a alguien llorar en la casa anoche. Pero no sé nada sobre fantasmas. ¿Es mi padre un fantasma ahora? ¿Todo el que muere se convierte en un ¿fantasma?

Archibald: Se convierten en fantasmas si alguien vivo los retiene.

Mary: Quizás lo que escuché fue a mi mamá, diciéndome que fuera amable con todos y así podré quedarme a vivir aquí y no me enviarás a un orfanato.

Archibald: (Ahora, al percibir su miedo, intenta tranquilizarla) La casa está encantada, niña. Día y noche. Pero es tuya y vivirás aquí mientras yo sea el dueño. Te ofrezco mis más profundas condolencias por tu pérdida y eres bienvenida aquí. (Salen ambos)

(Aparecen Rosy y Lily, como en un baile, y se acercan para hablar.)

Rosy: Lily, ¡has estado bailando con ese lúgubre Archibald toda tu vida!

Lily: Es simplemente tímido, Rosy. Creo que Archie tiene el corazón más tierno que he conocido.

Rosy: Lily tonta ¿Has estado tan ocupada mirándole a sus ojos que te has perdido la joroba de su espalda?

Rosy: No puedes casarte con este Archibald. Es un tullido miserable y lúgubre que se esconde en esta casa horrible. Lo has dicho tú mismo no puedo creer que lo ames.

Lily: ¡Y yo tampoco! No estoy pidiendo tu aprobación, Rosy

Rosy: Si no te importa lo que le pasa, piensa en tus hijos en el futuro. ¿Quiere que tus hijos también nazcan lisiados?

Lily: Me casaré con él y sé que me hará muy feliz.

Rosy: Lily tonta… tontita

(Rosy se ríe y salen ambas jugueteando. Mientras entra Archibald con la señora Medlock)

Archibald: viajaré por un buen tiempo. Quizás todo el invierno y primavera.

Medlock: ¿Y Mary?

Archibald: Le escribiré una nota desde París.

Medlock: ¿No enviarías a Mary a un colegio interno? No querrás que la niña crezca simplemente deambulando por ahí. Además, es una niña muy impertinente. Necesita modales.

Archibald: Es muy pequeña aún, buscaremos una institutriz, quizá le guste cantar o tocar el piano, veremos eso más adelante. Ahora lo dejaré todo en tus manos. Iré a despedirme de Colin. Asegúrate que mi hijo reciba todo lo que quiera durante mi ausencia y que no le falte atención médica.

(Salen ambos y se cierra el telón)

 

Acto V

Narrador 1:

Narrador 2:

Mary Lennox:

Dickon:

Ben:

Albert (padre de Mary):

Lily (madre de Colin):

Rosy (madre de Mary):

Aya (niñera de Mary):

Los espíritus

 

Acto V

 

(Se debe simular el páramo en invierno con isopor o tela blanca alrededor. En el ambiente de vez en cuando se escucha el pitido del petirrojo)

Se abre el telón e ingresan los espíritus

 

Narrador 1: En el invierno las plantas del páramo no florecen, tratan de resistir las más fuertes para renacer en primavera. Allí se encuentra el jardinero Ben, un señor de pocos amigos y algo gruñón. Él es el encargado de cuidar las vegetaciones del páramo.

Narrador 2: Mary vaga por el jardín intentando saltar a la comba y charlar con su nuevo amigo, el jardinero Ben. En ese lugar vive un petirrojo, muy intrépido por cierto, que llama mucho la atención de Mary. Ella desconfía que, la pequeña ave y el jardinero Ben, saben algo sobre el jardín secreto y que ninguno de los dos desea ayudarla a encontrarlo.

Finalmente, Mary conoce a Dickon, el hermano de Martha, quien tiene el don especial de comunicarse con las bestias y transmitir su amor inigualable hacia la naturaleza. Este niño se ofrece en brindarle toda su ayuda para cumplir el deseo de Mary.

 

Espíritus:

Es un laberinto este jardín

Es un laberinto de caminos ocultos

 

Cualquiera podría pasar su vida por aquí perdido.

 

Es un laberinto este jardín

Es un laberinto de caminos ocultos

Pero un alma noble puede entrar y salir cuando quiera

Ben, el anciano jardinero, y su pequeñito amigo lo saben muy bien.

 

Ben sabe cómo pasa el año,

Cómo el frío endurece la tierra

También sabe que en primavera

en tierra fértil brotan las semillas,

y los helechos se despliegan

y las plantas por fin florecen.

 

Mary: (entra y está tratando de saltar a la cuerda). Buenos días Ben

Ben: (podando una rama) De nuevo hoy, ¿verdad? ¿Qué has estado haciendo por aquí afuera?

Mary: Simplemente deambulando. No tengo con quien jugar ni nada que hacer.

Ben: Dickon está aquí. ¿Por qué no vas a hablar con él? Yo mismo lo vi no hace ni cinco minutos, conjurando a los animales con ese palo suyo.

Mary: No he conocido a Dickon. Ni siquiera estoy segura de que exista. Creo que tú y Martha lo han inventado.

Ben: Bueno, entonces te daré una pala si quieres cavar un pequeño hoyo por algún lado.

Mary: ¿Un pequeño agujero para qué?

Ben: Tú y yo somos muy parecidos. Ninguno de los dos somos guapos y los dos somos tan amargos como parecemos.

Mary: (piensa un momento y se molesta) ¡Eso es una gran mentira!... Hoy volví a ver a tu amigo petirrojo.

Ben: Bueno, por supuesto que sí. Él es el verdadero jardinero jefe de aquí. Seguro viene a ver si un arbusto necesita poda.

Mary: Yo sé dónde vive. Vive en el otro jardín amurallado con un seto alto a su alrededor y sin puerta, tiene un árbol divertido que crece sobre la parte superior de la pared. Creo que ese árbol es el mismo en el que está sentada mi tía Lily, y mi mamá en esta imagen. (Mary saca la foto para mostrársela. Ben está tan conmovido por la imagen, no dice nada.) ¿Estoy en lo cierto?

Ben: Sí lo es. Era el jardín de la señorita Lily, pero ya nadie entra allí.

Mary: ¡Su jardín! Quiero verlo. ¿Me puedes mostrar la puerta?

Ben: No, no puedo. Cuando ella murió, tu tío Archibald cerró la puerta, dijo que nadie volvería a entrar a ese jardín y enterró la llave. Y la hiedra ha crecido de tal manera que nadie sabe dónde está ahora la puerta.

Mary: ¿Pero no te preocupa que el jardín esté muerto sin que nadie se ocupe de él?

Ben: Claro que sí. Pero si pongo un pie allí ...

Mary: Tal vez la verdadera razón por la que el petirrojo nos esté chillando es porque quiere que cuidemos del jardín y trabajemos en él.

Ben: Tal vez tengas razón, pero no puedo perder mi trabajo por consejo de un pajarito, ¿verdad? Y lo mismo vale para ti.

Mary: Mi tío Archie dijo ...

BEN: Tu tío Archie viaja la mayor parte del tiempo, señorita, y no sé qué podría suceder si él se enterara que alguien ingresó a ese jardín.

Mary: (Piensa un momento.) ¿Crees en los espíritus?

Ben: En un lugar antiguo como este hay más de ellos que nosotros.

Mary: Oí ese llanto en la casa otra vez anoche.

Ben: (sonríe) Podría ser un espíritu a quien le fascine un techo alto y un largo pasillo.

Mary: En la India, una vez, vi a un espíritu sacar una gran serpiente muerta de una canasta y hacerla bailar.

Ben: Estoy seguro de que has vistos casi todo, señorita, excepto el interior de ese jardín ... y lo mantendrás así. ¿Me escuchas?

Mary: (oye el sonido del petirrojo) Chau, Ben. (Mary sale por un momento guiada por el sonido del ave.)

Ben: Chau (también sale)

(Dickon aparece en otra parte del jardín. Mira hacia arriba él, como si acabara de soltar un pájaro salvaje al cielo.)

(MARY entra, saltando con bastante habilidad ahora)

Dickon: Hola Mary

Mary: ¿Quién eres tú?

Dickon: Soy el hermano de Martha, Dickon. Espero no haberte asustado.

Mary: Pero, ¿qué haces aquí?

Dickon: Te asusté. Lo siento.

Mary: ¿Pero por qué no te he visto antes?

Dickon: Un cuerpo tiene que moverse con suavidad y hablar en voz baja cuando trata con animales salvajes.

Mary: ¿Quieres decir que estás aquí todo el tiempo?

Dickon: Bueno, si algún animalito está enfermo por aquí le echo un vistazo y lo ayudo a sanar. Mira aquí. Mi madre te envió un montón de semillas para tu jardín.

(Se oye el silbido del Petirrojo).

Dickon: Hay aguileñas y amapolas a puñados.

Mary: No tengo jardín.

Dickon: ¿Pero no quieres uno? Uno que sea tuyo, quiero decir. (Mary no está segura de querer hablar con él, pero su hechizo está comenzando a trabajar en ella) Ven y mira tus semillas. Bueno, si no las quieres. Voy a… (Ella se acerca rápidamente ahora y él vierte las semillas en su mano) (Se oye nuevamente el silbido del Petirrojo

Mary: Quiero ir a ese jardín. Donde vive el petirrojo.

Dickon: No estaba seguro de que lo hubieras visto.

Mary: ¿Tú lo has visto? No ha hecho nada más que chirriarme desde que llegué aquí. (El petirrojo silba.)

Dickon: Bueno, tienes que entender que está haciendo su nido. ¿Y debe pensar que no eres amigable? (El Petirrojo vuelve a silbar. DICKON toma la comba de Mary y comienza a jugar con él.)

Mary: ¿Como sabes eso?

Dickon: Porque estábamos hablando de ti y de lo que piensa.

Mary: Él también estaba hablando, ¿o solo tú?

Dickon: Lo que él piensa es que tú estás buscando un nido sólo que a él le parece que tu nido tendría que ser bastante grande.

Mary ¿Has estado alguna vez en su jardín?

Dickon: No es mío para entrar, Mary. Pero podría ser tuyo, no puedo decirlo. Él petirrojo ha estado manteniéndolo seguro para alguien, eso lo sé.

Mary: ¿Él guarda su secreto?

Dickon: De la misma manera que la hiedra creció para esconder la puerta. Tal vez el petirrojo esté esperando oír exactamente por qué quieres entrar allí. Como él tiene el lugar más seguro para anidar en toda Inglaterra, es prudente que él sea cauteloso.

Mary: ¿Puedes decirle que soy amigable?

Dickon: Podría, pero ¿y si quisieras decirle algo más y yo no esté aquí. Sería mucho más rápido si hablaras con él usted mismo.

Mary: Pero, ¿qué podría yo decirle para convencerlo?

Dickon: Bueno, no menciones que comes huevos, jamás, si sabes a qué me refiero. ¿Pero dile que estás interesada en volar quizás? ¿O bichos? Él te entenderá

Mary: ¿Estás seguro? pero yo no lo entenderé, además no me interesan los insectos.

Dickon: Yo te lo traduciré si te responde. Inténtalo, cuéntale sobre ti hasta que él sienta que eres confiable.

Mary: Bueno, lo haré. Petirrojo, te prometo que jamás tocaré tu nido, no me gustan los insectos, tampoco comer huevos. Quiero entrar al jardín porque tengo una foto de mi madre con mi tía Lily juntas allí, tengo curiosidad de ver por qué están tan felices bajo ese árbol. Y ahora siento que es mi responsabilidad ayudarte a cuidar ese jardín. (El petirrojo vuelve a trinar)

 Dickon: Bien hecho, Mary. Él dijo: espera a que lo veas. Es el jardín más hermoso que jamás hayas visto ... y yo vi donde El señor Craven guardó la llave, pero la puerta está tan cubierta de hiedra que será difícil encontrarla.

Mary: Petirrojo ¿Puedes ayudarme a buscarlas?

Dickon: (El petirrojo vuelve a trinar) Sí lo hará, sigámoslo

Mary: De acuerdo, vamos.

(Entran los espíritus, mientras sale Dickon tras Mary y el petirrojo)

 

Espíritus:

La naturaleza solo quiere resucitar;

y si lo cuidas toda esperanza renacerá.

 

Quizá no sea una vida como la tuya o la mía;

pero así, abandonada, es difícil encontrar el suelo fértil

y algo de verde que apreciar.

Aunque todo se encuentre muy mal

uno nunca debe renunciar.

 

Si tiene un poco de luz alrededor,

aunque esté en lo más profundo,

es porque tiene ganas de brillar;

y esa pequeña chispa se debe alimentar.

 

Mueve la tierra por allí, y lleva las hojas secas por allá,

remueve las ramas secas y deja que la raíces se prendan

El sol le vendrá a visitar, las aguas también ayudarán

y en el momento adecuado los brotes surgirán.

 

(Salen los espíritus, entran Dickon y Mary)

 

 

Mary: (Claramente infeliz). El jardín está muerto.

Dickon: No.

Mary: Está. Todo está muerto.

Dickon: Muchas cosas que parecen muertas solo están pidiendo su tiempo.

Mary: Es frío y gris. Los árboles son grises, la tierra es gris. Y hay una especie de neblina pegajosa sobre todo.

Dickon: Como un ser en un  terrible sueño.

Mary: Es el lugar más olvidado que he visto en mi vida. Con ramas grises sueltas que rodean los árboles como cuerdas o serpientes, y raíces muertas todas enredadas en el suelo. Tan quieto y frío.

Dickon: Es que solo has echado un vistazo de lejos a la corteza. Mary deberías darle un vistazo real. Las rosas más fuertes florecerán al ser cuidadas, si aramos, abonamos y sembramos el suelo quedará suficientemente fértil. Correrán los henos salvajemente y se extenderán hasta que todo vuelva a ser verde y el gris finalmente renunciará.

Mary: ¿Quieres decir que podría estar vivo? Pero, ¿cómo puedes saberlo?

Dickon: Oh, puedo saber si algo tiene o no chispa.

Mary: (Ahora realmente emocionada). ¡Chispa! Escuché una vez a Ben decir algo parecido.

Dickon: Ya verás que tu jardín renacerá. Haremos su chispa brillar.

Mary: ¡Oh, Dickon, quiero que todo sea genial! ¿Vendrías todos los días  y lo cuidarías conmigo?

Dickon: Vendré todos los días, llueva o haga sol, si quieres. Todo lo que necesita el jardín es de nosotros para despertarlo.

Mary: Pero, Dickon, ¿Y si salvamos al jardín de mi tío? ¿Será que se pondrá feliz o se enojará conmigo?

Dickon: Mary, será un verdadero milagro conseguir devolverle vida al jardín.

Mary: Por el momento será un secreto.

Dickon: Así será, lo prometo (se escupen la mano y se estrechan, como signo de una promesa)

Martha: (Llamando desde fuera del escenario.) ¡Mary Lennox!

Mary: (Se despide de Dickon) Debo entrar, es tarde. Desde mañana empezaremos a trabajar. Chau

Dickon: Chau

Martha: ¡Mary Lennox! No tenemos tiempo para jugar al escondite ahora. La Sra. Medlock nos quiere en la casa ahora mismo! ¡Mary!

(Mary se mete en el bolsillo la llave y las semillas rápidamente y sale corriendo, luego sale Dickon y se cierra el telón)

 

Acto VI

Narrador 1:

Narrador 2:

Mary Lennox:

Colin:

Lily (madre de Colin):

Albert (padre de Mary):

Rosy (madre de Mary):

Aya (niñera de Mary):

Los espíritus

 

(En la oscuridad, en el centro del escenario sentado en una silla de ruedas, se encuentra llorando Colin cubierto de pies a cabezas con una sábana blanca, en el suelo tirado una cajita de música. Entran primero los espíritus y por último ingresa Mary lentamente con un candelabro en la mano, guida por el espíritu de Lily)

Narrador 1: Colin es un chico enfermizo, hijo del Señor Archibald Craven, vive encerrado en su habitación, sin ganas de vivir. Es muy despótico con todos en la casa porque cree que morirá muy pronto y que su padre no lo ama.

Narrador 2: Mary, guiada por un sonido de un llanto sale al pasillo para descubrir que ocurre, ya que nadie se atreve a decirle nada sobre el misterioso llanto. Finalmente conoce a Colin, y se da cuenta de lo dictatorial y antipático que es su primo. Le recuerda a ella como era antes. Por eso trata de conectarse con él y le cuenta un grandioso secreto que devuelve la esperanza de vivir al niño Colin.

 

(Entran los espíritus)

 

Espíritus:

Alguien está llorando, shiiu…, ahora… ¿lo han escuchado?

Alguien en esta casa está llorando

¿Por qué nadie dice quién es? ¿Por qué mienten?

Alguien aquí está triste o enojado

Mary, debes encontrarlo

Despacio, que nadie sepa que estás andando por los pasillos

Atenta ahora…

¿Oyes llorar a alguien?

Quién podría ser

Alguien en esta casa

A quien nadie puede ver.

Alguien que parece nadie

 

(Mary entra lentamente con un candelabro, sin ver que es guiada por el espíritu de Lily. Entra en un dormitorio y ve una forma fantasmal que yace solitario, sollozando en una silla de ruedas. Mientras se escucha una terrible tormenta. Mary entra un poco asustada)

 

Colín: (grita) ¡Sal de aquí!

Mary: (temblorosa) ¿Quién eres tú?

Colin: (Descubre su rostro) ¿Quién eres tú? ¿Eres un fantasma?

Mary: (más tranquila al ver que se trata de un niño) No, no lo soy. Soy Mary Lennox. Archibald Craven es mi tío.

Colin: ¿Cómo sé que no eres un fantasma?

Mary: Te pellizco si quieres. Eso te mostrará lo real que soy. ¿Quién eres tú?

Colin:  Yo soy Colin. El Sr. Craven es mi padre. No veo a nadie y nadie me ve. Eso le incluye a mi padre porque voy a morir.

Mary: ¿Cómo lo sabes?

Colin: Porque escucho a todos susurrar sobre eso. Si vivo, seré siempre un jorobado lisiado, pero no viviré.

Mary: Bueno, he visto muchos muertos y no te pareces a ninguno de ellos.

Colin: ¡Gente muerta! ¿De dónde vienes?

Mary: De la India. Mis padres murieron allí de cólera. Pero no sé qué les pasó después de eso. Quizás los quemaron, no lo sé.

Colin: Mi madre murió cuando yo nací. Por eso mi padre me odia.

Mary: También odia el jardín.

Colin: ¿Qué jardín?

Mary: (Ojalá no hubiera dicho nada sobre el jardín). Solo un jardín que le gustaba a tu madre. ¿Siempre has estado en esta cama?

Colin: A veces me han llevado a lugares junto al mar, pero no me quedé porque la gente me mira. Y una vez un gran Doctor vino de Londres me hizo usar esa silla de ruedas, y dijo que soy alérgico a casi todo y que debo salir al aire libre siempre cubierto. Por eso odio salir al aire fresco.

Mary: Si no te gusta que la gente te vea, ¿quieres que me vaya?

Colin: Sí, pero quiero que vuelvas a primera hora mañana por la mañana y cuéntame todo sobre la India. En los libros que me envía mi padre he leído que los elefantes pueden nadar. ¿Alguna vez los has visto nadar? Parecen demasiado grandes para ser nadadores, a menos que usen sus orejas a ...

Mary: No podré venir por la mañana para hablar contigo. Tengo que salir afuera y hacer algo con Dickon.

Colin: ¿Quién es Dickon?

Mary: Es el hermano de Martha. Él es mi amigo.

Colin: (De repente, el temperamento despótico de Colin estalla.) Si sales con ese Dickon en lugar de venir aquí a hablar conmigo, Lo enviaré lejos.

Mary: ¡No puedes echar a Dickon!

Colin: Puedo hacer lo que yo quiera. Si tuviera que vivir, todo este lugar me pertenecería algún día. Y todos lo saben.

Mary: ¡Pequeño Rajah! Si envías a Dickon lejos, nunca entraré en esta habitación de nuevo.

Colin: Haré que te arrastren hasta aquí.

Mary: Ni siquiera te miraré. Me quedaré mirando al suelo.

Colin: Eres una egoísta.

Mary: Eres más egoísta que yo. Eres el chico más egoísta que he visto en mi vida.

Colin: Soy egoísta porque me estoy muriendo.

Mary: Dices eso para que la gente sienta lástima por ti. Si fueras un buen chico puede que sea cierto, ¡Pero eres demasiado desagradable para morir! (Mary se vuelve y se aleja pisando fuerte hacia la puerta.)

Colin: No, por favor no te vayas. (Ella se detiene) La tormenta me asusta tanto que si me duermo, temo que no me despierte más.

Mary: (con un poco de lástima, retrocede) bueno, pero no vuelvas a gritarme de lo contrario ya no regresaré. Ahora cierra los ojos y haré lo que solía hacer mi Ayah en la India. Acariciaré tu mano, la acariciaré y cantaré algo bastante bajo. (comienza a tararear.)

Colin: Y tengo sueños tan terribles.

Mary: Yo también tengo pesadillas. Anoche soñé con mi padre. Solo que tenía este bulto en la espalda, como tu padre. Y luego, cuando se dio la vuelta, era tu padre.

Colin: Yo también siento un bulto en mi espalda. ¡Voy a morir!

Mary: ¡No pasa nada con tu horrible espalda!

Colin: ¡Voy a tener un bulto en la espalda como mi padre y moriré!

Mary: Ven aquí y enséñame la espalda en este momento.

Colin: No puedo.

Mary: ¡Enséñame el bulto! (Mary aparta las mantas y la ropa de cama de Colin).

Colin: ¡Ahora siéntelo! (Mary le palpa la espalda.) Ves, ¿lo sientes?

Mary: ¿Dónde?

Colin: ¡Justo ahí!

Mary: ¡No! No hay un solo bulto allí. Excepto bultos de tu columna vertebral y se supone que deben estar allí. (Y ahora ella le da la espalda). Siente, yo también los tengo. (MARY toma su mano y la pone en su espalda. Y luego coloca su mano en su propia espalda para comparar.)

Mary: ¿Ves? No hay bulto.

Colin: (En silencio.) No está ahí.

Mary: No, no es.

Colin: (Se sienta un poco más erguido y un poco complacido.) No está ahí.

Mary: ¿Estabas enojado conmigo cuando dije que no vendría mañana?

Colin: (No responde.)

Mary: (Tranquilamente.) Lo estabas y lo sabes.

Colin: Tal vez.

(Se levanta Mary y abre una caja de música, decidida a no hablar con él hasta que se disculpe.

Mary: Esto es bonito.

Colin: Lamento haber dicho todas esas cosas sobre enviar a Dickon. Estaba tan enojado cuando querías estar con él en lugar de estar conmigo. Tengo miedo que no regresases jamás ...

Mary: Colin. Estoy tan sola como tú. Solo que estoy muy ocupada por la mañana porque ...

Colin: ¿Por qué?

Mary: (toma un momento.) ¿Prometes no decirlo si te lo digo?

Colin: Nunca tuve un secreto antes, excepto que no iba a crecer.

Mary: Encontré el jardín de tu madre.

Colin: ¿Te refieres al jardín secreto? He soñado con el jardín secreto.

Mary: Ha estado encerrado ahí afuera, al igual que tú, te han encerrado aquí por diez años. Tu padre no quiere a nadie en jardín. Pero con la ayuda de un petirrojo he encontrado la llave. Y ahora Dickon y yo estamos trabajando allí todos los días para que pueda revivir, tú también puedes venir y ...

Colin: Cómo se ve?

Mary: Bueno, ahora mismo, hay una maraña de enredaderas por todas partes porque nadie se ha ocupado de eso, pero Dickon dice que si cortamos todas las ramas muertas, habrá cientos de rosas en primavera.

Colin: Nunca quise ver nada antes, pero ahora quiero ver ese jardín.

Mary: Debes verlo. Pero nunca cuentes a la Señora Medlock, ni a los otros criados de nuestro secreto, porque de lo contrario me podrían enviar a un orfanato.

Colin: No, mary

Mary: Quizás Dickon, Martha, Ben y yo podríamos llevarte afuera en tu silla de ruedas. Entonces, cuando nadie esté mirando, te empujaríamos a través del laberinto hasta el jardín.

Colin: (Un poco triste) No puedo salir, Mary. Me resfriaré si salgo. Me pondré aún peor.

Mary: No, no lo harás. Te sentirás mejor.

Colin: No puedo, Mary. Tengo miedo... He estado en esta cama durante tanto tiempo. Y ahora ya no quiero morir. Quiero crecer y ser fuerte. Ya no quiero enfermarme. Mi gran deseo ahora es ver el jardín, realmente lo haría ahora, pero aún no puedo.

Mary: De acuerdo entonces. No te preocupes, todo a su tiempo. Mientras Martha, Dickon Ben y yo seguiremos trabajando en él hasta que esté todo listo para cuando decidas verlo.

Colin: No olvides regresar mañana por la tarde después de que hayas terminado de trabajar. Ven a cenar conmigo, por favor, y cuéntame todo lo que han hecho en el jardín.

Mary: Te prometo que lo haré… Bueno, se ha calmado el tiempo y ya debo dormir. Pues, buenas noches.

Colin: Buenas noches, Mary.

 

(sale Mary y aparece Lily detrás de la cama de Colin, también los espíritus la acompañan alrededor de la cama de Colin)

 

Lily y todos los espíritus

 

Lirio y Rosa

Vengan a mi jardín

 

Anidado en la colina está

Allí ella les mantendrá seguros a su lado

 

Ven niño a mi jardín

Descansarás allí en mis brazos,

 

Y crecerás a tu manera

Quédate en el jardín

Donde el amor crece libre, puro y salvaje

Ven, mi dulce niño, levántate.

Comienza una vida nueva,

Y sentirás al fin el amor que tengo por ti.

 

(Se cierra el telón)

 

 

 

 

Acto VII

Narrador 1:

Mary Lennox:

Colin:

Dickon

Martha:

Ben:

Sr, Archibald:

Sra, Medlock:

Lily (madre de Colin):

Albert (padre de Mary):

Rosy (madre de Mary):

Aya (niñera de Mary):

Los espíritus:

(En el jardín secreto, se necesitará una alegoría con muchas flores de todos los colores, se podrían pegar por una mampara o soporte que tenemos en la biblioteca, las flores se pueden hacer de papeles o cada uno trae lo que tiene en casa)

 

Narrador 1: Ha llegado la primavera trayendo consigo esperanza y alegría  al jardín, no solo las plantas han florecido, también Mary y Colin. El señor Archibald luego de su largo viaje regresa a su casa y una gran sorpresa encuentra en su llegada. Los espíritus de Lily, Rose y Albert se regocijan y finalmente pueden descansar en paz.

  

Espíritus:

 

Las plantas florecen ante nuestros ojos.

Los girasoles se enamoran del sol.

Porque en la tierra ocurre todo tipo de milagros

Son frutos del gran misterio que casi nadie puede ver con los ojos

solamente sentirlo con el corazón.

 

El jardín ha sido labrado y cuidado con trabajo y sudor

ha vuelto a brillar la chispa que apagada estaba

Los cálidos corazones se encienden

Se despliegan los helechos

Y brotan los pensamientos y amapolas

¡Qué radiante las aguileñas!

 

El frío invierno ha pasado

Y aunque regrese cada año

el calor del alma es eterno.

 

Hay esperanza, fe y amor en toda la mansión

Y hoy un hombre nuevo renacerá

Y Nuevamente la alegría sentirá.

 

Albert, Lirio Lily; Rosa Rosy

Vean a sus hijos que contentos están

Llegó nuestro momento de partir,

porque el jardín una nueva dueña hoy tendrá.

 

(Salen los espíritus y por último salen sonriendo los espíritus de Rosy, Lily y Albert y se apagan las luces)

 

(Se encienden  las luces. Es de mañana. Se escuchan voces desde fuera del escenario).

 

Colin: ¡Mary! ¿Qué es?

(Aparecen Dickon y Martha.)

Dickon: ¡Mary! ¡Ven rápido! Colin ¡No creerás hasta que lo veas!

(Mary lleva a Colin al jardín.)

Colin: Mary, ¿qué es?

Mary: ¡Es primavera!

Colin: ¿Pero de dónde salieron todas estas flores?

Dickon: De todo nuestro arduo trabajo, ¿De dónde crees? O ahora crees en los milagros

Colin: Todo es tan ... ¡Míra al petirrojo con sus crías!

Mary: ¿Pero dónde está Ben? Tiene que verlo todo.

Martha: Iré a buscarlo. (Martha sale a buscar a Ben)

Dickon: Colin, mira las lilas ... (Dickon lleva a Colin y dando vueltas y vueltas en la silla de ruedas).

Colin: ¡Mary, mira las rosas!

Mary: ¡Hay cientos de ellas! Ha florecido y crecido mi jardín

Colin: Mary, Mary, eres todo lo contrario a tu jardín (Mary agarra el bastón de Dickon y se burla de Colin a cambio).

Mary: No soy lo contrario. Retira lo que has dicho o ya verás.

Colin: ¡No lo harás! (Dickon saca a Colin del escenario, perseguido por Mary.) (Tras el escenario) Oh no, no lo harás. Soy mucho más rápido que tú. Está bien retiro lo dicho. Ahora es tu vez ¡Aquí vamos! (Colin empuja a Mary, que ahora está en la silla de ruedas y salen en escena)

Mary: Colin Craven, ¡no tan rápido!

(entran el Señor Archibald y la señora Medlock, tras ellos sin saber que hacer el señor Ben y Martha)

Medlock: ¡Mary Lennox!

Colin: (se detiene cuando ve a su padre y a la Señora Medlock) ¡Padre!

(ARCHIBALD no puede creer lo que ve).

Colin: Mírame! (Se acerca lentamente a su padre.) ¡Estoy bien!

Archibald: (Abraza al niño contra él.) Oh, Colin, mi buen muchacho valiente. ¿Cómo lo has logrado?

Colin: Fue el jardín el que lo hizo, Padre, Mary y Dickon, y algún tipo de ... de milagro que salió directamente de la tierra.

Archibald: Señora Medlock, ¿esperabas sorprenderme con esta noticia?

Medlock: Sabía que se veía mejor, pero no tenía ni idea de que ...

Colin: No queríamos que lo supieras. Teníamos miedo de que no nos dejaras entrar al jardín.

Medlock: Pero, ¿cómo hiciste?

Colin: Martha me llevó por las escaleras abajo hasta que ...

Medlock: Pero, ¿qué has comido? No has tocado tu comida que te llevábamos a tu habitación por semanas.

Colin: Martha nos envió comida, comíamos en el jardín. Comíamos lo suficiente como para diez niños. Tortitas de avena y huevos asados ​​y leche fresca y-

Archibald: Me sorprendes, mi muchacho, esto es de verdad un gran milagro.

Medlock:  Todo está terriblemente confuso para mí. Después de todos estos años, lisia…

Archibald: Colin, Colin. Mírate.

Colin: Fue Ben quien mantuvo vivo el jardín, hasta que pudieramos llegar aquí.

Ben: Sabía que iba en contra de sus órdenes, señor, pero ...

Archibald: Según recuerdo, fue Lily quien te ordenó cuidar este jardín, Ben. Bien hecho.

Ben: Gracias Señor.

Colin: Y fue Dickon quien ...

Archibald: Si. Puedo imaginar. Dickon, es un gran chico...

Martha: (Lo interrumpe.) Señor. ¿Qué será de nuestra Mary?

Archibald: Mary

Mary: Aquí tiene su llave, si la quiere de vuelta, señor. Después de todo, no lo enterraste. Nunca lo hubiera encontrado si tú ...

Archibald: Casi te había olvidado en todo esto.

Mary: (Valientemente.) Es difícil recordar a todos, señor.

Archibald: No, no lo es. Tres no es mucha gente. Debería poder recordar a tres personas con bastante facilidad.

Mary: (Con cuidado.) ¿Sería yo una de ellos?

Archibald: Mary Lennox, mientras nos tengas, somos tuyos, Colin y yo. Y esta es tu casa. Y esto, mi querida niña ... (Abre los brazos.)  todo esto es tu jardín.

(Mary se apresura en abrazarlo y él la abraza mientras Dickon y Martha se dan la mano)

(Se unen en una ronda Mary, Dickon, Martha y Colin para cantar, mientras van saliendo los otros personajes del escenario)


Ronda:

 

 "La Bella Primavera"

 La bella primavera

de verde se visitó.

 

La bella primavera

de verde se vistió.

 

De otoño con invierno

bailando al rigodón

 

 

Bailar no quiso el verano

Y dijo "No señor"

 

Danzad, danzad

Que me sofoco yo

 

Danzad, danzad

Que me sofoco yo

 

(Se cierra el telón)